Mi Pequeña Capricornio

Este día me he tragado mis palabras de proclamarte joven ante mis ojos, el tiempo ahora obstruye mis recuerdos y tu mirada ya no es la misma, siento tus manos alcanzando mis yemas, tus labios ya no balbucean jamás mi nombre, hablas claro, firme, decisivamente, formando tu carácter y las ideas que ya te definen como mi favorita. Este día me he saboreado ya mis lágrimas de tenerte una vez más rodeando tu cuerpo con mis brazos, de verme sonreír cuando me sonríes, verme ocupado cuando lloras, tu aroma único entre tu clase que provoca arroparte entre la más suave de las cobijas, tu favorita. Mi mente juega peligrosamente recabando entre mis memorias grabadas en cincel inmortal, mi amor a primera vista, sabiendo que te amé antes de conocerte, que te imagine caminando a mi lado cuando a veces es difícil ponerse de pie, lo admito, me tienes de rodillas ante tu belleza. Ahora, soy impotente de cargarte en lo mas alto de mi cielo y verte que ya no tengo la misma fuerza, eres tú la que me lleva en sí, dependo totalmente de tus decisiones, de tus temores, de tus miedos y deseos, soy tu eterno siervo, no reprocho amarte ni servirte, mi corazón se llena de júbilo cuando preguntas mi paradero, cuando necesitas mi presencia ante tu majestuosa pureza, cuando te puedo transmitir mi poca sabiduría para ahorrarte los obstáculos futuros, ese soy yo.



Este día me he ahogado en mis recuerdos vagos de verte inocente, descansando en la joven obscuridad que alimenta tu sueño rápidamente, de besarte cada luna que no aparece y deseando verte mañana celebrando mi llegada, no quiero perderme un instante de tus latidos, quiero contar cada uno de ellos, pero es doloroso contar tu transición, tus latidos aumentan y se hacen más fuertes ante las adversidades y oportunidades que te da la vida, quisiera estancarte ahora mismo en tu vida y la mía y jamás crecer, para siempre tenerte a mi lado, fuera de amores y dolores. Este día me trague mis palabras de proclamarte joven, por qué ahora lo eres, eres libre, hermosa, delicada y pura.



Hoy mis lágrimas son de un adulto que ve terminar su juventud, abrir los ojos y verte a ti amor mío, con sonrisa de niña que descubre el nuevo mundo, daría 10 años de mi felicidad para tenerte una vez más indefensa entre mis brazos y contarte como te amé, como te amo y te amaré.